viernes, 9 de abril de 2010

Decálogo Huertano

T

endré presente honrar a Nuestra Madre "Maria del Huerto" en su día

(2 de Julio) como lo hicimos año a año en nuestro colegio.

E

speraré con paciencia, porque la paciencia es sin duda una de las virtudes de todo misionero, ser sincero consigo mismo, con Dios y con los demás.

S

eré defensor de la dignidad humana, de la vida desde su concepción hasta su culminación, la fidelidad matrimonial, la paternidad responsable y la unidad de la familia.

T

odos los días de mi vida transmitiré ese Fuego Gianellino sensible ante los valores humanos y respetuoso de la conciencia, de los derechos de si mismo y del prójimo.

I

ntentaré siempre estar allí donde hay una necesidad con una cristiana escala de valores, basada en sólidos principios éticos.

M

antendré y practicaré en cada momento la Caridad Evangélica Vigilante con una permanente actitud de servicio y solidaridad que lo haga colaborador en todas las acciones comunitarias de promoción humana y cristiana.

O

raré siempre porque sin oración no hay Fé que nos sostenga, que dé primacía a la persona sobre todo proyecto y poder.

N

unca olvidaré, como buen gianellino, ser promotor de una formación cívica y política inspirada en la enseñanza de la Iglesia que nos lleven a la participación libre y responsable.

I

ntentaré encontrar coherencia en cada acto de mi vida con una actitud sanamente critica y valorativa frente a los distintos modelos de vida, por mi, mi familia y los demás.

O

h Señor que pueda reconocer en Jesús la fraternidad entre todos los hombres y que egrese del Colegio con AMOR: por la Iglesia, la Patria, la Familia, el Colegio y por mi propia vida y libertad.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA

Maria del Huerto

”María es tan buena y tierna de corazón que no puede ver nuestras necesidades sin sentir piedad de nosotros”
GIANELLI

Breve reseña histórica de la virgen del Huerto.
El Origen de la devoción y el culto a Nuestra Señora del Huerto.


En la primavera de 1493, una peste invade la ciudad de Chiávari, Italia.
Una mujer llamada Turquina, iluminada por la fe profunda, acude serenamente, confiada, y llena de esperanza, reza a la virgen y le promete hacer pintar su imagen en la pared de un huerto, si libraba a Chiávari de la peste.
Su Oración fue escuchada y en señal de gratitud a María Santísima mandó a pintar su imagen en medio de dos santos protectores de los afectados por la peste.
El señor Benito Borzone siguiendo las indicaciones de Turquina, logró expresar la bondad y el poder de María. Representa a la Virgen en el acto de estrechar en su seno con la mano izquierda al niño Jesús, que se toma de su cuello, mientras que con la mano derecha sostiene alzado el pequeño brazo del hijo para bendecir a la cuidad y a cualquiera que pasara por delante de ella.
En Torno a la cabeza de la virgen se lee: “Ave Gratia Plena”
La imagen suscitó muy pronto una gran devoción ya que Turquina había escogido el lugar mas apropiado para colocar a la virgen madre, sobre el camino de chivareses y de los forasteros.
En 1528 la peste volvió otra vez a Chiávari. Este peligro despertó más la devoción hacia la sagrada imagen. En aquel entonces se edifico un altar a los pies de la imagen, para permitir a los fieles asistir al santo sacrificio.
Pasaron los años y con el tiempo fue decayendo la devoción por la virgen.


Una mujer muy piadosa llamada Jerónima quien tenia una profunda devoción hacia la imagen, una mañana mientras se dirigía hacia su trabajo, paso por las calles de los huertos, se acerco hacia la imagen para contemplarla, al ver el estado de abandono en que se encontraba, sintió una gran preocupación, rezo un momento y luego prosiguió su camino. Era septiembre de 1609
Tres meses mas tarde, mientras dormía, Jerónima se despertó a causa de una gran luz que inundaba su habitación, en medio de esa luz una majestuosa señora: sus vestidos eran los mismos que los de la imagen del Huerto. La visión desapareció. Apenas amaneció volvió al Huerto para comparar la imagen con la señora de la visión, y eran exactamente iguales.


Apenas regreso a su casa, Jerónima recibió desde Roma noticias de su hijo, estaba gravemente enfermo, corrió nuevamente al Huerto y confió a su hijo a la celestial Madre. Diez días después el hijo regresaba a su casa completamente sano. Asi fue creciendo la devoción a Maria del Huerto.


La Virgen María, preparaba una segunda y más admirable aparición a los chiavareses, de la que fue testigo un joven del pueblo, llamado Sebastián Descalzo.


El 2 de Julio de 1610 muy temprano iba caminado hacia Carrasco recitando sus oraciones. Mientras, según su costumbre, se acercaba al muro de los huertos, vio sobre los mimos un gran resplandor y en medio de esa gran luz una majestuosa figura de mujer, que avanzaba lentamente hacia la plaza acompañada por dos antorchas sostenidas por espíritus invisibles. El joven tuvo miedo y se alejó en dirección al mar, encomendándose a Dios y a la Virgen María, luego se detuvo para mirar hacia donde se dirigía la aparición. La majestuosa señora, habiendo llegado al huerto, sobrepaso el muro y se dirigió hacia el lugar donde estaba pintada la imagen.
Fue entonces cuando el joven tuvo una intuición y pensó que era la Madre de Díos. El joven Descalzo prosiguió su camino hacia Carrasco. Por la noche regresando de Chiávari, manifestó se experiencia a cuantos encontraba en el camino.
Se multiplicaron las visitas al huerto donde estaba la sagrada imagen y la virgen tuvo numerosas pruebas de amor y devoción.


Chiávari quería erigir un santuario digno de su amor a María y el 1 de Julio de 1613 se puso la primera piedra del templo de María del Huerto.


La Inauguración con la bendición del templo se hizo el 23 de noviembre de 1633.


El 8 de septiembre de 1634 con la fue trasladada con gran solemnidad la imagen a la capilla central.
El 7 de marzo de 1643, la virgen del huerto fue declarada Patrona de la ciudad y del distrito chiavarés. El 8 de septiembre de 1769 la sagrada imagen fue coronada solemnemente.


El Instituto de las Hijas de María se entrelazan desde su nacimiento, con la historia de Nuestra Señora del Huerto, porque dicho instituto extendiéndose por muchos lugares del mundo, contribuye al desarrollo del culto de la Patrona Chiávari.
Antonio María Gianelli, tuvo el impulso de fundar la Congregación el día 2 de Julio de 1828, mientras celebraba la misa cantada.
El 12 de enero de 1829, inspirado por el Espíritu Santo, el obispo Antonio Ginelli reunió a doce jóvenes que el dirigía espiritualmente y fundo la congregación a la que le dio nombre de HIJAS DE MARIA SANTISIMA DEL HUERTO, dejando a sus hijas bajo el amparo y protección de la Madre de Dios.



Maria del Huerto

”María es tan buena y tierna de corazón que no puede ver nuestras necesidades sin sentir piedad de nosotros”
GIANELLI

Breve reseña histórica de la virgen del Huerto.
El Origen de la devoción y el culto a Nuestra Señora del Huerto.


En la primavera de 1493, una peste invade la ciudad de Chiávari, Italia.
Una mujer llamada Turquina, iluminada por la fe profunda, acude serenamente, confiada, y llena de esperanza, reza a la virgen y le promete hacer pintar su imagen en la pared de un huerto, si libraba a Chiávari de la peste.
Su Oración fue escuchada y en señal de gratitud a María Santísima mandó a pintar su imagen en medio de dos santos protectores de los afectados por la peste.
El señor Benito Borzone siguiendo las indicaciones de Turquina, logró expresar la bondad y el poder de María. Representa a la Virgen en el acto de estrechar en su seno con la mano izquierda al niño Jesús, que se toma de su cuello, mientras que con la mano derecha sostiene alzado el pequeño brazo del hijo para bendecir a la cuidad y a cualquiera que pasara por delante de ella.
En Torno a la cabeza de la virgen se lee: “Ave Gratia Plena”
La imagen suscitó muy pronto una gran devoción ya que Turquina había escogido el lugar mas apropiado para colocar a la virgen madre, sobre el camino de chivareses y de los forasteros.
En 1528 la peste volvió otra vez a Chiávari. Este peligro despertó más la devoción hacia la sagrada imagen. En aquel entonces se edifico un altar a los pies de la imagen, para permitir a los fieles asistir al santo sacrificio.
Pasaron los años y con el tiempo fue decayendo la devoción por la virgen.


Una mujer muy piadosa llamada Jerónima quien tenia una profunda devoción hacia la imagen, una mañana mientras se dirigía hacia su trabajo, paso por las calles de los huertos, se acerco hacia la imagen para contemplarla, al ver el estado de abandono en que se encontraba, sintió una gran preocupación, rezo un momento y luego prosiguió su camino. Era septiembre de 1609
Tres meses mas tarde, mientras dormía, Jerónima se despertó a causa de una gran luz que inundaba su habitación, en medio de esa luz una majestuosa señora: sus vestidos eran los mismos que los de la imagen del Huerto. La visión desapareció. Apenas amaneció volvió al Huerto para comparar la imagen con la señora de la visión, y eran exactamente iguales.


Apenas regreso a su casa, Jerónima recibió desde Roma noticias de su hijo, estaba gravemente enfermo, corrió nuevamente al Huerto y confió a su hijo a la celestial Madre. Diez días después el hijo regresaba a su casa completamente sano. Asi fue creciendo la devoción a Maria del Huerto.


La Virgen María, preparaba una segunda y más admirable aparición a los chiavareses, de la que fue testigo un joven del pueblo, llamado Sebastián Descalzo.


El 2 de Julio de 1610 muy temprano iba caminado hacia Carrasco recitando sus oraciones. Mientras, según su costumbre, se acercaba al muro de los huertos, vio sobre los mimos un gran resplandor y en medio de esa gran luz una majestuosa figura de mujer, que avanzaba lentamente hacia la plaza acompañada por dos antorchas sostenidas por espíritus invisibles. El joven tuvo miedo y se alejó en dirección al mar, encomendándose a Dios y a la Virgen María, luego se detuvo para mirar hacia donde se dirigía la aparición. La majestuosa señora, habiendo llegado al huerto, sobrepaso el muro y se dirigió hacia el lugar donde estaba pintada la imagen.
Fue entonces cuando el joven tuvo una intuición y pensó que era la Madre de Díos. El joven Descalzo prosiguió su camino hacia Carrasco. Por la noche regresando de Chiávari, manifestó se experiencia a cuantos encontraba en el camino.
Se multiplicaron las visitas al huerto donde estaba la sagrada imagen y la virgen tuvo numerosas pruebas de amor y devoción.


Chiávari quería erigir un santuario digno de su amor a María y el 1 de Julio de 1613 se puso la primera piedra del templo de María del Huerto.


La Inauguración con la bendición del templo se hizo el 23 de noviembre de 1633.


El 8 de septiembre de 1634 con la fue trasladada con gran solemnidad la imagen a la capilla central.
El 7 de marzo de 1643, la virgen del huerto fue declarada Patrona de la ciudad y del distrito chiavarés. El 8 de septiembre de 1769 la sagrada imagen fue coronada solemnemente.


El Instituto de las Hijas de María se entrelazan desde su nacimiento, con la historia de Nuestra Señora del Huerto, porque dicho instituto extendiéndose por muchos lugares del mundo, contribuye al desarrollo del culto de la Patrona Chiávari.
Antonio María Gianelli, tuvo el impulso de fundar la Congregación el día 2 de Julio de 1828, mientras celebraba la misa cantada.
El 12 de enero de 1829, inspirado por el Espíritu Santo, el obispo Antonio Ginelli reunió a doce jóvenes que el dirigía espiritualmente y fundo la congregación a la que le dio nombre de HIJAS DE MARIA SANTISIMA DEL HUERTO, dejando a sus hijas bajo el amparo y protección de la Madre de Dios.



Contemplamos la imagen de María del Huerto

María tiene en sus brazos a Jesús
Nos muestra a Jesús, nos da a Jesús como mayor valor, como
único salvador y para que lo imitemos y seamos misioneros.

La mano de Jesús es la mano de Maria para bendecirnos
Significa que, toda gracia y bendición nos vienen de dios por
medio de Maria. Ella es la mediadora



Los colores de la Virgen del Huerto
Celeste y rosa

Celeste significa pureza
Maria la Virgen toda pura, nos invita a imitar su pureza y
transparencia

El rosa significa alegría y amor de madre
Como madre de bondad y de ternura nos invita al amor y a la
alegría.



El lema de los que amamos a la Virgen del Huerto es

”Huerto cerrado y Fuente Sellada eres
Maria y tus perfumes son de Paraíso”

Por que Huerto es un Jardín donde hay flores y frutos

Maria es Huerto, por que en ella florecieron todas las virtudes

Maria es fuente de agua pura. El agua significa la “vida de Dios”, o sea, la “Gracia”



Maria es Huerto Cerrado y Fuente Sellada, por que abrió su corazón solo a Dios y nunca el pecado y el mal pudieron entrar en el.

Y tus perfumes son de paraíso. Es una expresión simbólica que quiere decir que, al acercarse a la persona con amor a la Virgen, percibe perfumes de sus virtudes y de su santidad.


”Ama a María e invoca a María”


Contemplamos la imagen de María del Huerto

María tiene en sus brazos a Jesús
Nos muestra a Jesús, nos da a Jesús como mayor valor, como
único salvador y para que lo imitemos y seamos misioneros.

La mano de Jesús es la mano de Maria para bendecirnos
Significa que, toda gracia y bendición nos vienen de dios por
medio de Maria. Ella es la mediadora



Los colores de la Virgen del Huerto
Celeste y rosa

Celeste significa pureza
Maria la Virgen toda pura, nos invita a imitar su pureza y
transparencia

El rosa significa alegría y amor de madre
Como madre de bondad y de ternura nos invita al amor y a la
alegría.



El lema de los que amamos a la Virgen del Huerto es

”Huerto cerrado y Fuente Sellada eres
Maria y tus perfumes son de Paraíso”

Por que Huerto es un Jardín donde hay flores y frutos

Maria es Huerto, por que en ella florecieron todas las virtudes

Maria es fuente de agua pura. El agua significa la “vida de Dios”, o sea, la “Gracia”



Maria es Huerto Cerrado y Fuente Sellada, por que abrió su corazón solo a Dios y nunca el pecado y el mal pudieron entrar en el.

Y tus perfumes son de paraíso. Es una expresión simbólica que quiere decir que, al acercarse a la persona con amor a la Virgen, percibe perfumes de sus virtudes y de su santidad.


”Ama a María e invoca a María”

2 de Julio de 2010
400 años de su Aparición

jueves, 11 de marzo de 2010

PADRE FUNDADOR


La historia del fundador de las Congregación de las Hermanas del Huerto

Antonio Gianelli nace en tierra Ligur, en Cereta, pequeña fracción de Carro, en una famila pobrísima que cultiva tierras arrendadas. En la escuela para niños fundada por el Párroco de Castello, realiza sus primeros estudios.

Hasta los 18 años distribuye su tiempo entre el estudio, la oración, el catecismo, el servicio de a las familias labriegas y las obras de caridad.

Una acaudalada genovesa propietaria de los terrenos que sus padres cultivaban, le facilita la entrada al Seminario de Génova, Continúa con éxito sus estudios, pero sobre todo cultiva la piedad y la mortificación.

En 1813, después de haber recibido la ordenación sacerdotal, es destinado como ayudante del Abad de la Iglesia de S. Mateo en Génova, donde permanece por dos años.

En Cáracari, Diócesis de Acqui se desempeña como profesor modelo, en el Colegio de los Escolapios durante el curso escolar 1815-1816.

Conocido y apreciado por el Cardenal Spina es llamado al año siguiente al Seminario de Génova y se le confía la Cátedra de Retórica, que Gianelli ejerce por 10 años. Años plenos de intenso trabajo y responsabilidad al servicio de futuros sacerdotes de los que quiere: "Sean doctos, sí, pero por sobre todo santos".

Al quedar vacante, en 1826, la colegiala de S. Juan Bautista en Chiavari, el nuevo Arzobispo de Génova, Mons. Luis Lambruschini escribe a los Chiavareses: "Os envío la más bella flor de mi jardín". Y vuelto a Gianelli: "haga de cuenta que emprende una misión, no de pocos días, sino de 10 o 12 años..."

¿Fue una profecía? Estos 12 años de intensa actividad apostólica sacerdotal son, al mismo tiempo, escuela de ascética y pastoral, que preparan a Gianelli para una más difícil y sublime misión.

En la Catedral de San Lorenzo, en Génova, Antonio María es consagrado Obispo el 6 de mayo de 1838 por S. Excia. el Cardenal Tadini. Aquella tarde un amigo suyo, rector del Seminario de Génova, confiaba a sus seminaristas: "Hoy he asistido a la consagración episcopal de un santo".

El 8 de julio, Monseñor Gianelli inicia su ministerio de Padre de la Fe en la Diócesis de Bobbio.

Consumido por las fatigas apostólicas vive pocos años y el 7 de junio de 1846 muere en Placencia.

La Iglesia lo cuenta entre sus Santos desde el 21 de octubre de 1951.


Padre en la Fe

Encontrándose en el Concilio Vaticano II durante una discusión de "Christus Dominus"; recordando algunas cosas de la vida de Gianelli pensé: "¡Todo estaba previsto por el antiguo Obispo de Bobbio!"

Una cosa no pudo hacer: renunciar a los 75, porque murió a los 57. Fue mártir, quizás sin quererlo de aquella seria renovación que debe constituir el programa de toda vida y servicio episcopal.

Si quisiera resumir todos los deberes que el Concilio Vaticano II recuerda a los Obispos, debería recurrir al Evangelio, a S. Pablo, al Concilio de Trento, al Vaticano I. El Obispo es el Padre de la Fe.

Sacerdotes, laicos, discípulos fieles, lo sintieron siempre padre, como ahora lo invocan, sus hijas esparcidas por todo el mundo. Lo vieron así los trabajadores, los labriegos, los pobres, los huérfanos, los niños, los enfermos, los moribundos.

Hombre de voluntad, lleno de desvelo: el primero en el trabajo; el último en el descanso, al cual concedía sólo lo indispensable. No era rico, ni adulaba a los ricos. No temía a los poderosos y no se inclinaba vilmente. Reavivaba en sí mismo y en los otros el recuerdo de que la vida de todos, del primero al último, es "diaconía" (servicio). Tuvo un solo impulso, estar siempre en vela: para verlo todo, saber guiar todo.

Cuando no estaba en correrías apostólicas, se lo encontraba en el Obispado con las puertas abiertas, sin horario, con una disponibilidad tal que más de uno abusó de ella. Así entendía ser Padre en la Fe. Salía con la bolsa llena y volvía al Obispado vacío.

Algunas veces, en sus frecuentes visitas pastorales, partía con el correspondiente atavío y retornaba con zapatos prestados. Pero era feliz: estaba cansado.

Un momento en la capilla, después al escritorio para meditar las propuestas que encomendará a sus colaboradores. Conocía el deber episcopal de servir a todos, los tenía en cuenta a todos y cumplía su oficio de Padre, de Pastor, de Maestro, de Evangelizador, de Custodio del depósito de la Fe.

Es deber nuestro conocerlo bien para emprender su camino, el que él recorrió: como labrador, como estudiante, como misionero, como Obispo, "forma factus gregis ex animo": un verdadero Padre en la Fe.